Enrique del Nilo

CONFESIÓN

Pido perdón compañeros

pues debo de confesarlo

yo cometí tal agravio

arrebaté la poesía

de los camarines alados

donde la colocaron

Darío, Becquer, Neruda,

Nervo y tantos grandes

para entregarla desnuda

de estilos y de medidas

a las manos anhelantes

de este pueblo que delira

 

La sustraje de anaqueles

y vitrinas perfumadas

donde en tomos remozados

los eruditos la dejaron

 

Arrebaté sus laureles

maceré su pulcritud

la embarré en los manteles

en la tabla de un ataúd

 

Profané su magnificencia

en compendios enclaustrada

para inocularle la esencia

de mi pluma ensangrentada

 

Ahora jueces y jurados

condénenme a la cicuta

este ha sido mi pecado

no me consiento poeta

soy un simple hijo de…

del hombre sobre la ruta