Te precipitas en un momento a mí,
me envuelves, me cobijas, me riñes y
me abrazas con la suavidad del sentimiento firme,
dulce y sereno de tú esencia...
En tus labios y tu cuerpo encontré de nuevo
el néctar vivo y delicioso de la vida,
del fuego,
de la pasión ardiente,
del contacto de la piel
De la grata lozanía del ser,
tersa y sublime sensación de paz, de añoranza,
de sensibilidad apasionada...
Me miro en tus ojos y atravieso tú espíritu,
siento tú corazón anhelante de caricias y besos, de abandono a mí para hacerme yo, tú dueño.
En ti,
dentro de ti,
compartiendo nuestra intimidad sin límite,
sin inhibiciones, libres al fin para amarnos
ardientemente, como sólo tu y yo,
sabemos hacerlo...
Así, conduciéndote al goce que te he enseñado,
mí fiel novicia de ensueños y suspiros.
Tú y yo…
Yo y tú…
En la quietud de nuestra habitación,
llama eterna para ambos,
recuerdo siempre presente de caricias, besos y suspiros, fielmente adorada,
infielmente nunca olvidada…
Es Tiempo que no borrarás de tú mente y espíritu jamás,
mí aprendiz alada, sumisa divina al goce
y ninfa sensual enamorada…
Somos almas gemelas que se encontraron
vivas, solas, ansiosas de darse y gozar todo.
Tú eres la representación del amor, mí musa,
mí inspiración encarnada,
mí verdadera creación.
Tú, el amor por sí,
Yo, el placer en ti,
Ambos, la suma de un
vórtice amoroso y geométrico infinito!
Alberto Wolf
\"Por el Amor y al Corazón\"
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