fugitivo de las letras

Por la Eternidad de su Amor

Con ardor poderoso

Sació cuanto corazón deshonroso

Y con su eco glorioso

 Cambio nuestro llanto por gozo

 

Si el desierto  os persiste 

Llamad al Padre Poderoso

Pues su Espiritu insiste

A olvidar el pasado tormentoso

 

Estabamos ciegos y muertos

Quizas maltratando al inocente

Mas por su perdón persistente

Tenemos Vida y no lamento

 

Nos recogió de la miseria

¡Nuevas son todas las cosas!

Pues cuan divina visión gloriosa

Es la del que gobierna en la tierra

 

Nos ha adoptado a su linaje

Por el fervor de su denuedo

Somos moldeados  a su imagen 

Por la inmolacion del  cordero

 

Aquel Varón de dolores

Que no escatimo su vida por nosotros

Por el que  ahora estamos orgullosos

De caminar cuantas injurias y sanciones

 

Pues por amor a los ímpios

El no escondío su rostro

Sino  que anunció la paz a los gentíos

A sabiendas de que  le condenarian pronto

 

Pues incomprensiblemente nos amó

 y aun estando desde el vientre

En su Gracia inconsecuente El derramó

Sobre cuanto camino prudente

 

 Pues Inmensamente se apiadó

Espero y no condenó

Y sobre un madero,

El Altísimo,

Humilde se entregó

Por la Eternidad de su amor

 

Pues, por el justo

En el amor del Padre nos justificó

Nos tomó por heredad, Y nos redimió

Por la Eternidad de su amor

 

Cuan perfectos son los frutos 

En su completa perfección

Que sobre el desierto fructificó

Sobre el que con paciencia esperó