Sergio Jacobo "el poeta irreverente"

UN POEMA AL ADIÓS

Cuídate amor

que no se abra

                         esta flor en el desierto

 

Que la sed se apacigüe

con el néctar  de tus ojos

que seas sombra

en el camino de mis pasos

 

Deja que lleguen tarde las palabras

pequeños balbuceos en tu oído

pero que no sea yo

                      el que pronuncie    

                                 -como un silbido lejano-

o como una brisa que apenas roce tu piel

y la erice…

 

ese ceremonioso adiós en lontananza

es mejor callar…¡callar!

Y bebernos hasta la última gota

nuestras lágrimas.