han-jael

Ave VIII

 

 

Jamás te olvidé.

Nunca terminó el amor.

Yo siempre te deseé

y pedí a Dios para ti lo mejor.

 

Solo me cansé.

Me canse de tus sarcasmos al querer;

de tu forma de esquivar mis intensiones;

de tus mentiras que siempre creí,

de tu forma de fingir

amor y de partirme el corazón en dos.

 

No es que yo reniegue del amor

que con locura profesé por ti,

ni espete arrepentimiento

de lo que contigo viví

porque contigo aprendí

a entender el caos

de ese mundo tan raro

que es amar furtivamente;

 

a descubrir la lógica

del sin razón de tu aventura;

de sufrir por gusto la imposibilidad

de amarte con locura

con la pena de regresar

mil veces a la realidad.

 

Entendí para mi mal

que no podía estar sin ti

e ideé como mejor solución,

fugarme de ti, de tu carne,

de ese placer insaciable

de tenerte y no...!

 

esforzándome para no pensarte…

reprimiendo mis mas vanas necesidades

de tenerte, besarte y poseerte…

deseándote para siempre lo mejor

porque este corazón

ya tiene un dueño...

y debes ser tu, solo

mi mas hermoso sueño.