Murialdo Chicaiza

Para La Siempre Amada

   

Tanto caminar por los caminos inciertos

para hallar solo polvo en todos los seres

y  mares absortos, accidentalmente abiertos,

el amor y la muerte en todos los haberes.

 

Tú mi amor y mi muerte, tú sola, tú siempre.

No te imagino en el mar conmigo, nunca

quise que otro alcance tu vientre

ni tus exactos pies, ni la luna de tu boca.

 

Te dije que tal vez no volvería por ti

y el sino que tantas veces repetí me arrastra

-pero recuerda que las flores mueren así-

 

Tu amor que es pan real para mi alma

-que nos hizo bellos y felices de por sí-

nos deja ahora, pero su tibieza no morirá jamás.