Día tras día, vivo en un cuadro imaginario, tratando de inventar rosas, tratando de encontrar el amor y tratando de reconstruir la esperanza. Mientras sigue pasando el tiempo, ese” tic tac del reloj”, va anunciando lo que está en mi presente y todos aquellos recuerdos que hoy viven dentro de mí. Cada día que pasa trato de salir de la soledad de una ventana e inventando mil excusas para huir de la oscuridad. Tú no sabes que es amar a un cuerpo que ya no existe, a un rostro totalmente invisible y a un corazón lleno de engaños. Si al menos imaginaras como es vivir, pero sin tener vida, amar, pero sin tener amor y esperar, sin esperar nada, tal vez comprenderías por la situación que está pasando mi corazón. Sé que no haz conocido, lo que se siente llorar y no tener unos brazos que me abrasen cuando me sienta sola.
El tiempo se volvió esclavo de mi alma, la sangre que pasa por mis venas se siente muy caliente y mi corazón es frio como el hielo. Ya existía desilusión en este corto tiempo y comprendí que solo jugaría a sonar y que tu matarías mis sueños. Al fin y al cabo ganaste, porque llego el fin pero a la vez perdiste porque liberaste mi alma que estaba atada y guardada en un abismo que solo yo sentía, gracias a eso tuve fuerzas para olvidarte y vivir lo que siempre he deseado vivir. En ese tiempo vi parejas sonreír, niños felices, familias unidas y no existía el dolor en mí. Paso un ano y volví a ver su rostro, fue duro he impresionante porque para mí ya el no existía, él era un triste reflejo del ayer y que no volvería a tenerlo cerca. Fue fuerte volver a verlo y sentir que lo amaba todavía. Aquel corazón triste y sin amor, recupero las ganas de vivir. Pero cuando converse con el sentí que su corazón no era el mismo y que era el, quien tenía frio el corazón, luego volví a sufrir, solo mire su rostro y comprendí que de nuevo lo volví a perder.