Ramón Bonachí

ESPÉRAME ALLÁ DONDE ESTÉS

Vengo a llorar
a ese corazón
que dejo ya de latir.
Vengo a dejar
flores a tu balcón
aunque también van a morir.
Mientras, se tiñen de rojo
mis heridas por tu adiós.

Es duro seguir
cuando el camino
deja ya de existir.
Los pasos que doy
arrastran la cadena
del fantasma que ahora soy.
La noche se hace eterna
si no estás.

Los reflejos de tu amor
me castigan sin parar,
tus recuerdos se amontonan en mi mente.
Caigo al pozo de mi temor
que me aturde sin cesar,
mi vida agoniza de tanto dolor.

Pierdo el valor
una  niebla gris
me traga sin compasión,
en su desolado interior,
gritan cuervos que huelen a defunción,
y arrancan de mis ojos, su color.

En esta oscura soledad
quisiera poder oírte,
mas mi  boca no te encuentra al nombrarte.
Me ahoga el frio de la ansiedad,
lucho por no pensarte ,
pero mis ojos al abrirse  
lloran tu muerte.

Nada nada cambiara ya ,
condenad@ estoy ,a vivir sin ti.
El tiempo, será un amante cruel,
lentamente abusara de mi
marchitándome la piel,
y con tu recuerdo me martirizara
hasta que me vaya.

En tu fría habitación
aguarda un sitio para mi,
pronto vendré para quedarme.
Vendrán los cuervos con su pregón
anunciando nuestra unión,
y te juro que nunca más
volverás a dejarme.

Hasta entonces pues
espérame allá donde estés