Jesús Lantigua

ROBO

Me robé la madrugada

 

llena de niebla y suspiros

 

de los mágicos zafiros

 

que ofreciera tu almohada,

 

de los senos, la pausada

 

música del sentimiento.

 

Le pude robar al viento

 

el susurro de tu aroma,

 

la boca sin el idioma

 

llena de todo mi aliento.

 

 

 

Me robé la tempestad

 

de tus cabellos flotando

 

y las pupilas llorando

 

de tanta felicidad.

 

Me llevé la soledad

 

de tu impensado idealismo,

 

una copa de lirismo

 

en tu vientre de sabores,

 

tus rosas con los colores

 

de lujuria y su erotismo.