Martin Ruiz Diaz Diaz

MUERTO QUEDO YO

MUERTO QUEDO YO

 

La segunda Luna está cubierta y oscura,

como oscura y en tinieblas tengo mi alma.

Hoy despido a un tiempo con lágrimas imparables,

y no habrá opción, ella, me olvidó.

 

No tengo más que decir te amo a un recuerdo que ya murió.

He muerto para sus ojos bellos,

y con los gritos de fierro la llamé y no respondió.

Mi amor ha olvidado, como si nada, en este maldito verano.

 

Luna azul como nunca antes,

sólo deseo, Luna bella, que no me falle.

No quiero lágrimas en sus ojos nunca,

no quiero lamentos en su vida jamás.

 

Sólo quiero viva feliz,

sólo suplico que un día le digan mamá.

 

Bienvenida la amargura a mi vida,

bienvenido el sacrificio que hice por ella.

¡Dios! no le faltes nada.

¡Dios! perdóname por amarla así.

¡Dios! perdona por entregar el alma…

Pero es de ella desde aquel día,

y no importa que ella no recuerde.

 

No quedarán demonios reclamando algo,

¿Qué reclamarán si ya no tengo nada?

Mi amor es de ella,

como lo es mi vida entera,

como es lo que soñaba…

De ella, sólo de ella, es mi alma enamorada.

 

Muerto quedo yo esperando en la penumbra…

como ayer, como mañana.

Solo y sin ayuda…

escribiendo hoy.

 

Martin Ruiz Díaz Díaz

(Paraguayo)