Francisco de los Angeles

SOLO

No recuerdo como te conocí,

Peor aun como te comencé a querer

Tierna y dulce como un manjar,

Aun saboreo tu fragancia en el viento.

Y el ayer, el ayer no existe para mi.

 

Esa inocencia que emanas,

Despierta latidos en mi corazón,

Dejando pedazos de mi alma al quererte,

Al quererte sin razón.

 

Tu voz la escucho en el silencio,

Tu belleza la recuerdo cada instante,

Tus desprecios me dan vida,

Tus esperanzas son las que no existen en mi.

 

Y ahí estaré amor,

Esperándote solo,

Solo yo y mi alma rota,

Y mi corazón infeliz.