LFLezama

La primavera mirada

Sucede que él la vio

y los ojos de ella, dulce agua, dulce canto,

lo  miraron, lo anegaron y lo durmieron soñando

en sus pupilas, en sus lagos y en su silencio.

 

Sucede que ella un día,

azulado y anegado,

no ha negado, y a su lado,

que sus ojos también

sufrieron ese augurio

de saber que en sus ojos sus ojos

se van y ven cual vaivén,

y se miran

y se anegan

y se duermen soñando.

 

Sucede entonces que se quedaron viendo

ambos.

 

Y colorín colorado

esta historia

apenas

           ha comenzado… 

 

 

-LFLezama