rodulfogonzalez

HUIR

 

            ¿Puede el río, dama encantadora, por más caudalosa que sea la corriente, impedir su inexorable muerte tragado por el mar?

            ¿Es posible, dama sublime, cuya presencia enriquece de amor mi vida ermitaña, que los rayos del sol, por más potentes que sean, se opongan a desvanecerse en el crepúsculo de cada día para dar paso a las sombras de la noche, con sus fantasmas?

            ¿Se puede huir del amor, dama soñadora como yo, para impedir que nos sumerja en el más delicioso de los sentimientos humanos?

          Mientras más huyamos del amor, dama mía, él nos encontrará aunque nos escondamos en los lugares más recónditos.

          No huyas del amor cuando te pretenda, ángel mío.

          Es inútil huir de ese sentimiento.

         Entrégate al amor totalmente.

         No seas arisca.