Aristide

Papel

Papel, apuñalame con mi pluma,
que el estilografo corte la garganta
y tú,
papel,
deja escribirte con mi sangre.

Papel,
quitame la melancolía que no me cae por los brazos,
dame vida en versos consumados.

Hiéreme para que viva papel.
Sólo,
no me
ma
tes.