Cock

:::::Ya dirĂ¡ Dios:::::

Ya no puedo, amor,
en este momento grito,
grito, exploto, me derrito,
y con esta sustancia
que antes fue mi cuerpo
es que te escribo
sobre este papel blanco,
blanco como tu piel
-ojalá fuera tu piel
y no sólo este receptáculo maldito-.

 

No sé qué traigo muerto adentro
pero me hace sonar como juguete descompuesto
cuando camino, cuando corro, cuando río.

 

Tal vez sea esa incertidumbre
que se esconde a ratos tras tus ojos
pero que durmiendo a solas
organiza a los mosquitos
que se ponen a susurrarme
no sé que tanta cosa
que prefiero echar a un lado el cobertor,
el mismo que aún huele a ti,
para que se den festín con mis arterias
y dejen de zumbarme sus malas intenciones
al oído.

 

Ya no temo perderte, es cierto,
pero es que hace algunos meses
el sol nos iluminaba tan distinto.

 

Todavía amanece como entonces
pero ahora me doy cuenta
y antes los minutos eran infinitos.

 

Ya dirá Dios
y yo lo escucharé con todos los sentidos,
sobre todo con el sexto,
ese que se siente con el alma,
con su hombligo.


JCEM