María

Rompiendo el hielo

Tercera salida con Santiago. Restó ambientado para parejas. Le propuse la sobremesa en casa. La idea era que probara el café helado exquisito que aprendí a hacer.  Conversación agradable camino al departamento, entre risas.  Mientras preparaba los ingredientes para mi bebida favorita le pido por favor que me alcance del freezer el hielo. Especulando con su atractivo y su estilo tan personal, toma una cubetera y me la acerca lentamente. Me roza las manos cuando me la entrega. Y se aproxima cada vez más. Nerviosa balbuceo: “Santiago, tengo que romper el hielo antes de procesarlo”. Tomando mis hombros murmura en mi oído: “No te das cuenta que ya lo estamos logrando?”