Dulce condena

Mírenlo...Eh ahí tan pretencioso y orgulloso

Eh ahí tan pretencioso  y orgulloso de sí mismo,

Como si cada mujer del mundo cayera a sus pies.

 

Decide ignorarme una vez más,

Dejándome así en total oscuridad.

 

Mírenlo,

Tan seductor y petulante,

Escuchando su risa titilante,

Me sumo en el dolor de mi amargo desamor.

 

Amargo y arrasador,

Tus labios como un dulce tentador,

Y tu cuerpo que de mi voluntad me aleja,

Dejándote la completa destreza de hacer hoy conmigo lo que quieras.