alma

Alma ya no eres mía

Alma

La de la vereda ancha

La de las grandes avenidas

Desapercibida por los truhanes

Por los suicidas

Por los rufianes

Guardianes de la cofradía

Alma pía

De hermosos caudales de epifanía

Alma tuya en la eucaristía

Alma de los lugares Más recónditos del planeta

Alma de mi maleta llena de fantasías

Jamás prisionera del hombre

De sus cadenas vacías

Alma inmensa como la vida

Y veleidosa

Alma de una diosa

De un varón de Normandía.

Y digo

Alma ya no eres mía

Ya no eres mía