Voy caminando hacia lo alto del cerro,
solo y acongojado, con tu pañuelo en mi mano.
He perdido la farola del sendero,
de tu promesa.
El cielo ha sido cruel, y me ha mojado con su tristeza.
Pero es una fortuna, que las lágrimas de mi amor,
sea ocultado. Evitando la ignominia ante mi Dios, que por tí he olvidado.
Ahora solo tengo este gabán,
cobijando con ternura,
sanando la humillación,
la amargura, de mi corazón.
Llevo también, una gerbera,
del color que a tí te gusta
alegró mi viaje y vida entera.
El canto del cenzontle, guía mi destino,
buen augurio o sortilegio,
de soñar siempre contigo.
Quisiera despertar en un jardín, lleno de rosas,
hermosas y dichosas de presenciar este suspiro.
Pudiera yo gritar en todo el cerro, que aún te amo,
mas nadie podra escuchar mi canto sincero.
Amor que hierve de pasión, recuerdos y caricias,
moméntos que no volverán, por tu desdicha.
Ahora que perdiste el corazón,
no recibirás mi flor,
que con tanto cariño te entregué,
y deshojaste, con tu desprecio.
Espero que puedas, así, ser feliz,
y que otro corazón, pueda amarte,
al menos la mitad, como mi corazón.., te amó...
BL.
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