Hugo Emilio Ocanto

En la misa de Resurrección.

Ayer, día domingo,

estando en los pagos

de un hermano mío,

al cual hemos ido a visitar

nosotros, sus hermanos,

fui a la misa dominical

por la mañana,

día de la Resurrección

de Nuestro Señor Jesucristo.

Alguien más se presentó

en la misa: un perro.

Un hermoso perro color canela

con manchas blancas.

No se qué raza es.

Pero su presencia en la misa me impactó.

Caminaba muy ceremoniosamente

con sus patas por cada tramo

de la iglesia,

como buscando a su dueño.

Se paraba, observaba,

y así sucesivamente,

en toda la Sagrada

casa del Señor.

Cuando el sacerdote

realizaba su homilía,

el perro se paró

delante de él

a escucharlo,

por unos instantes.

Quedé impactado

por su actitud.

Después  de la misa,

me entero de que este perro

hace muchos meses 

que asiste a ellas.

Su dueño  falleció

y en todo velatorio

que después que finaliza,

y llevan a un muerto al cementerio

él va detrás del cortejo caminando

al sagrado hogar 

de los muertos.

Realmente, HE QUEDADO

SORPRENDIDO POR ESTE RELATO,

EL CUAL ES TOTALMENTE VERÍDICO.

Todos los derechos reservados del autor (Hugo Emilio Ocanto - 01/04/2013)