María

Ganímides

De Lima a Paracas en tu auto alado. Resort soberbio. Cena en el cuarto y felicidad de a dos. Salimos, me mostraste tu constelación favorita y me hablaste de ella. Amaba aprender de vos. El champagne hizo lo suyo. Toqué Ganímides con las manos cuando dijiste que adorabas aprender de mí.