Mírate en el espejo del cada día
y verás cuántos esfuerzos dedicamos a las cosas grandes,
grandilocuencias, parabienes, exagerados disimulos…
Sin a penas darnos cuenta,
que lo más grande está en las cosas pequeñas.
Un silencio oportuno,
una sonrisa,
una palabra de aliento.
Mírate en el espejo del cada día
y verás que lo más grande
te viene de cada pequeño detalle.
Ése que no esperas y que te sorprende,
ése que no programaste y que trastoca tu agenda,
ésa que se escribe con letra pequeña
como lo es un beso furtivo
de quien, con discreto disimulo,
acompaña tus pasos por la senda.
Mírate en el espejo del cada día,
y sorpréndete a ti misma
sonriéndole a la vida por esas cosas pequeñas
que te alegran la mañana, la tarde… todo el día.
No acabes tu jornada
Sin darle gracias a la Vida
Por poder mirarte en el espejo, cada día.