Alexander Chinaski

La flor de mi vida

Tardes de verano

entre bocinas de bicicleta

y conversaciones, que se refugian

a la sombra de un árbol, discretas.

Recuerdos, forjados por los rayos del sol

que mas calientan

y el gélido brillo de la luna,

a esas horas en que sus notas

te llevan hipnotizado a la cuna;

Entrelazados,

como en un anillo, fraguado

por el agua y  por el fuego;

como salidos de una playa

donde naufragan viejos restos

de barcos oxidados,

que evocan otros tiempos,

donde las ratas son sus pobladoras

escondidas en la basura:

A pesar de eso los niños nos bañabamos.

Porque había una pequeñisima esquina

que los rayos del sol bendecían,

donde cruzando un estrechisimo camino

entre el brillo de blancos y amarillos,

podías ver a las abejas

como bandoleras saqueando

el preciado polen

que nos regalan las margaritas.

Al final,había una roca

en la que yo me solía postrar,

acomodado con los sueños como cojines

mientras tiraba piedras,

al fondo del mar.