¿Es acaso mi corazón esclavo de algún hechizo o de alguna otra cosa que sobrepasa mi razón y mi lógica?; no lo creo pero se muy bien que cuando te miro ya no siento lo mismo de antes, sé que ya no me eres tan indiferente y mucho menos extraño.
Pero sé que no debo quererte, sé que ni siquiera debería tener estos pensamientos, sabes, esto me ataca muy en el centro de mi alma, es un juego de matices tan diferentes que no encuentra ninguna salida para ganar o perder.
¿Debo seguir las reglas que me marca la sociedad?, o tal vez deba seguir los impulsos de mi corazón, no o se y justamente eso es lo que me presiona contra la pared, una pared hecha de ataques, burlas y ataques por no ser como “los otros”, por que sé que muy dentro de mi se esconde un monstruo que me esta devorando, que me come desde las entrañas, y que tarde o temprano va a salir y… tengo miedo.
No es el miedo a lastimar a alguien si no el miedo a ser quien en realidad soy: alguien que prefiere ocultar sus sentimientos bajo la religión, bajo la política y aun bajo su propio carácter, espero que este monstruo se mantenga dentro de mí y que me siga comiendo por dentro, daría mi propia vida por que no se liberara nunca y lo único que yo pido es libertad para ser quien en realidad soy, para poder sentirme una vez mas en mi vida con los pies mas allá, del mismo suelo, sabiéndome libre de mis actos.
Espero mas que un consejo de ti, tu comprensión, por que tú siempre me has visto como un amigo en el que puedes poner incluso tu vida, pero yo te digo: “Si tu vida dependiera de mi muerte, yo ya me hubiese cortado las venas mucho antes de que hubieses nacido, para que así, tuvieras la mejor vida del mundo.
¿Por qué se cruzaron nuestros caminos en este momento en que yo tengo tan poca voluntad de controlarme?, no te ofendas amigo mio por lo que te acabo de comentar, pero sé que si yo no te lo hubiera dicho, mi corazón se habría detenido para siempre, no es que me de miedo la muerte, me dio miedo pensar que moriría sin decirte lo que siento por ti.
No sé que pasara después de esto, si, tal vez me odies (lo merezco), pero es que al vez, en lugar de que me odies, o sientas lastima por mí solo me comprendas y traduzcas mis palabras como el llanto de mis ojos que brotó tantas veces cuando te tuve, así, a la vez tan cerca… y tan lejos.
Se despide de ti alguien que no sabe quien es en realidad.
PD. En este mundo existe de todo, desde ángeles caídos, hasta personas como yo.