La Tinta Roja

AmanecĂ­

 

 


Un día tan sincero que duele al respirar, 
aunque en  mi corazón vivan las flores,
tengo que dejarlas, pues empiezan a marchitar ,
¡ oh mias tan hermosas ! os voy a extrañar,
la rosa blanca,  es la que más parece llorar,
las voy regalando al viajero lejano, al ciego...
pues el mudo no las quiso tomar,
gusta de jugar un juego, que sólo él entiende.

Mis dulces , ¡ oh mias tan hermosas! , resplandezcan en los corazones ajenos que en el mio ya no hay lugar.