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DOS lágrimas y un DESTINO

... Y en la noche, despertar sudando frio, por esa pesadilla repetitiva del destino, como si fuera una historia de desamor escrita que algún día, alguien habrá de contar ...





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DOS lágrimas y un DESTINO:



Dos lágrimas y un destino acontecido en la taberna de un bar sentado a una mesa frente a una botella del mejor vino que habría podido el dinero comprar, recordando con un nudo en la garganta el nombre de su amada, diciendo resquebrajada su voz al viento por estar algo entrado de tragos con la copa en alto y a su salud donde quiera que estés amada mía, como si a alguien del lugar le importara por quien brindaba este señor, por todos desconocidos siguieron con lo suyo, menos por el dueño del bar que lo conocía de vista mas no de comunicación, pero que siempre lo observaba en silencio desde atrás de la barra, con gran pena ajena que le rompía el corazón ver como sufría y sufría el alma herida de ese hombre, intentando ahogar en alcohol tanta tristeza ya imposible quizás de soportar en soledad, pedía y bebía una botella tras de otra y así, le dio la media noche a este pobre ser desconsolado que casi no se podía ya levantar, para siquiera ir solo al baño....

Dos lágrimas y un destino bien recuerdo quedaron escrito en la taberna de un bar, cuyo nombre famoso me reservo decir, aquella noche lluviosa de Abril entre conversaciones por distintas personas sentadas en otras mesas que no les interesó voltear a escuchar dolor ajeno, para saber quien se trataba la historia del tal olvido, de repente veo que mete la mano en el bolsillo de su pantalón del traje para buscar la cartera y descubre con preocupación que no quedaba más dinero para seguir gastando y comenzando a sudar frio se dirigió entre tumbos a la barra donde estaba el cantinero, sentándose pesadamente en una silla y mirándole fijamente a los ojos comprendió inmediatamente la profundidad del grado de su dolor interno y poniendo su copa en la barra suplicaba, dame un trago de la casa por favor y de compasión accedió a dárselo, pensando que fuera ÉL en su lugar que por desesperación buscara ese alivio divinamente erróneo por creencia en el alcohol...

Dos lágrimas y un destino como les cuento hoy aquí y que erizan el cuerpo al revivir los hechos en la mente y doy fe por ello, prosiguiendo mi anécdota y retomando con su mano temblorosa esa última copa al momento dos lágrimas aparecieron de la nada en sus ojos, corriendo lentamente por su rostro carenando por caprichos del destino a su copa, confundiéndose con el rojo vino expresando con voz entrecortada, la primera es por Ella ausente y la segunda por ÉL presente, rememorando lo que fueron y maldiciendo por lo que dejaron de ser, cuando no anheló notar mas su presencia sentida sobre su pecho desnudo un amanecer al despertar, después de compartir toda una vida juntos y abriendo su boca se tomó el trago del adiós y para que le creyera, conociéndolo a pesar de todo únicamente de vista, abrió su otra mano que estaba fuertemente cerrada, mostrándome la foto en blanco y negro arrugada algo amarilla por los espacios perdidos del tiempo, como para corroborar una verdad sentida dentro de su corazón y acto seguido se fue rodando de la silla, cayendo al suelo sin soltar nunca de su mano la foto de su amada yaciendo allí, como dormido.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 16032013 08:15 PM.