Jef

Amarillo

Se entierra la noche

en un sepulcro de dolores

celestes

de escombros noctámbulos

 que enviudan.

Aparece el gallo fulminante

el pájaro-silencio

derribado

 por un grito.

La claridad ávida

enorme.

Las espaldas voltaicas

despiertan

eléctricamente atolondradas.

Se abalanza el Sol depredador

amo de las antorchas

que encienden el ocaso