María

La engañada

Sospechaba.

No podía pensarlo.

Continuábamos…

 

Te alejabas.

No quería reconocerlo.

Seguíamos…

 

Indicios.

Huellas.

Ebria en certezas

te lloré desarmada en fracciones.

 

Madrugada,

Ya no podía.

Tu engaño y vos

me rozaban entre sábanas.

 

Me levanté sigilosa.

Apurada.

Necesitaba huir de tu sonrisa velada.