Murialdo Chicaiza

A mama vieja

                                       Para mi madre

Ahora que están secos

los recuerdos de antaño,

sus manos de muchacha

todavía no extraño.

 

Me basta su alma ancha

su hondo misterio

que es luto y alegría

son de lloro y salterio,

mi paz y mi agonía.

 

Mama vieja, vieja mama

calma nueva, calma vieja:

su partida hoy me deja

una pregunta en el alma.