Eugenio Sánchez

CABALLITO DE PALO

En mi bravo corcel,  con su paso imponente,

recorría ida y vuelta  por pampas  y cañadas

y en las alforjas llenas iban   los sueños míos ,

de mis días de infancia por los  andes lejanos.

 

Subíamos  la cuesta por el camino real,

esquivando zarzales  pedruscos y shulgomes ,

lidiando con el viento que estallaba en el rostro,

en mi rostro partido por ese frio andino.

 

En armonioso trote los cascos del corcel

bajo el ardiente sol pincelando el camino

con  humareda  blanca van los pasos del fiero

y se eleva la  nube hasta besar el cielo. 

 

Al llegar a  la loma  divisé mi casita

y en el patio a mi perro ladrando de alegría,

mi madre me regaña como todos los días,

relincha mi caballo mientras ato la soga.

 

Es bravo mi caballo y es manso cual cordero,

es mi leal amigo y leal  confidente,

marca su paso firme  con garbo sin igual,

recorriendo los prados tan veloz como el viento.

 

Esta hecho de esencia de la casta más pura,

galopa por las pampas tan veloz, como el rayo ,

es fuerte como el roble cual caballo de  Atila

y con orgullo muestra  sus tendones de acero.

 

Para aplacar  el frío por las gélidas noches 

dormía con su hermano,  el bordón del abuelo

sobre la leña seca, muy cerca al fogón,

 en medio  del cuyero o bajo el tendal.

 

Una trágica tarde cuando  el cielo lloraba,

no quedó leña seca para hervir el cushal,

no hubo  más remedio que hacer de  él la hoguera,

junto  al huso y la rueca te  inmolaste en el  fuego.  

 

Y me dejaste solo mi caballito de palo

y de tanto   correr por agrestes caminos,

de tanto trajinar  ya me siento cansado,

ando solo en el mundo como  alma condenada.

 

Déjame caballito que te rece  mis versos,

que son mis añoranzas teñidas de nostalgia,

que son el eco mismo acunado en mi pecho

y cae como gotas de lluvia de mi recuerdo.

 

Por eso cuando veo en el fogón  el fuego

ardiendo luminoso de  azul bajo una olla,

pienso en mi  caballito y se me abre la herida

y escucho los relinchos del caballito de palo.

 

Eugenio Sanchez Bacilio