qvixote dormilon

la conocĂ­ un domingo

La conocí un domingo

las flores rociando su aroma por la casa

los gatos durmiendo en el asfalto duro y caluroso

los feligreses cargando una piedra enorme con sus pecados

y ella hermosa en medio de tanta oscuridad,

nos miramos a lo lejos

nos miramos y nada mas.

ella continuo con su sonrisa iluminada

por geranios primaverales

conversando de las trivialidades de la vida

con el cura que la mira con deseo poco espiritual.

 

creo que ella no se fijo en mi mirada

ni en la flor silvestre que tenía en la solapa

de mi chaqueta

más bien se fijo en aquel gato que comenzaba

a intercambiar ideas teologicas 

con las palomas de la parroquia,

al final el gato gano comiéndose a dos palomas

y llevándose una mas para el camino

y ella sin vistar mi mirada

se despidió de los feligreses

dejándo una sonrisa mas iluminada que el mismo sol.

 

la conocí un domingo

unas manchas de vino quedaban en el mantel de la mesa

un vaso quedo en el suelo

las lágrimas de ella hundían sus ojos hermosos

un perro aulla tristemente cuando el ocaso

se ponía sobre nuestras cabezas.

la conocí ese domingo

cuando el cura desataba su deseo sobre ella

unos feligreses botaban sus piedras pecaminosas

encima de él

y yo perdía mi vaso de vino por esquivar

la muchedumbre que mataba a golpes

al pobre parroco.