Sergio Jacobo "el poeta irreverente"

DELITER

 

 

 

-I-

 

Hoy tuve la osadía de volver a escribirte

sin pensar en  la brisa que hay en tu mirar

porque no hay nada escrito y yo quise sentirte

como el perfume de un  lejano rosal.

 

Hoy tuve la grandeza de mirarte callado

sin pronunciar tu nombre te pude yo nombrar,

porque eres el murmullo que en mi oído ha anegado

un pequeño ¡te quiero…!  Aunque no sea verdad.

 

Tal vez no me equivoque  si te digo ¡te quiero!

A sabiendas entonces que ya habrá otro hombre

por eso mi ambición se solapa y no espero

que tú puedas quererme sin repetir su nombre.

 

El destino es culpable de este amor desmedido

espero no te cause conflicto y aflicción

pero el corazón no calla simplemente hace ruido

el mío ahora palpita perdiendo la razón.

 

No quiero que mi nombre tu boca lo maldiga

pero el amor que siento sólo Dios ya lo sabe;

soy un simple poeta que a tu alma recabe

aunque en el intento ahí pierda la vida.

 

 

 

-II-

 

Por eso al escribirte así,  me recluyo

en estas letras do mi amor encallo

y aunque tú no respondas mi desmayo

gritaré este amor…¡haré barullo!

 

No importa si lo clamo en el desierto

o si calmo la sed, en un río seco,

pero  he de gritar porque hay un hueco

aquí en mi corazón que ya está abierto.

 

No te pido amor… porque lo siento

en tu mirar me reflejo y me involucro

pues el pensar en ti es todo un lucro

y si llegara a olvidarte… ¡un lamento!

 

Te regalo de mi lira los versos y mis penas

lo único valioso  en que he vivido;

y tal vez escondidas ya en escenas

palabras de amor  murmuradas en tu oído.

 

Ya no sé qué  explayarte, todo lo ignoro

mi mano ya no escribe por  recelo;

sólo sé que te quiero y que te adoro

y que en las noches al soñarte lloro

y que en el día de dolor me encelo.

 

-III-

 

Quizás cuando estés sola leas este poema

que tantas cosas dice de los dos al azar,

y una lágrima tenue escurra –como gema-

una joya hermosa para mi funeral.

 

Han de pasar los años como pasa la brisa.

Arrumbado estará este poema en alguna gaveta

y,  serán los versos simples de algún poeta

que tanto amó… que se apago su risa.

 

Eres tú la que sabe y yo que poco hablo

por eso no te imploro amor, porque te hiero

prefiero que se lleve la incertidumbre el diablo

y que el sendero sea correoso y pendenciero.

 

Sólo sé que te quiero con un amor intenso

por eso este poema lo dejo ahí en tu mano…

cuando quieras hablarme sólo lee el primer verso

y estaremos  unidos por este amor arcano.