Hija del Sol

POR LA CALLE DE TU ABANDONO

 

 

Caminando por la fría y pedregosa calle de tu abandono,

se cuentan los tristes años como casas seguidas e inhabitadas,

todo se fue perdiendo... entre jardines muertos hoy me encuentro

y entre telarañas de sueños que se tejieron sólo existe el silencio.

 

Me aturde tanta quietud al caminar, por ahí sigilan los muertos…

que entre palabras pintadas que se dejaron sólo ellos se encuentran,

ya no existe sendero nuevo y las esquinas entre las calles, ciegas se quedaron,

los escombros comentan entre sí… por esos años que se fueron y jamás volvieron…

 

Tu abandono fue creciendo poco a poco, en una semilla que un día plantaste

y que día a día fuiste abonando… no hubo manera de exterminarla,

cansancio y hastío sólo crecía y en ese andar todo vilmente se moría…

fueron años de intentos, de crueles lamentos, de entregas sin encuentros…

 

Hoy, sólo se vislumbra una vida compartida en penumbra…

con la apariencia que maquilla algo que no existe, que no vive

y entre brazos cruzados hoy nos encontramos, sentados en la acera

de esa calle oscura, sin faros en las esquinas ni postes que la alumbran.

 

¿Cuántos años más pasarán? quien sabe si toda la vida… perfilando una mentira,

espantando la felicidad, viviendo en soledad o inventando surcos por esa calle,

porque hay una realidad que no puede morir y entre dos zanjas tendrá que vivir,

una  de tristeza, soledad y abandono… y otra, de escape… hacia la felicidad.

¡Dios qué contrariedad!