Hugo Emilio Ocanto

Evitemos los rencores, amor

Sé que sigues disgustada conmigo.

Pero te veo con esa carita

de ángel que tienes,

y mis rencores,

vuelan por el aire

y se esfuman...

Si pudieras lograr lo mismo, amor...

por pequeñeces nos peleamos...

hay cosas peores en la vida.

No quisiera entrar en problema

de otros, hoy, pero ya lo hemos

de conversar en su oportunidad.

Lo importante es poder

solucionar lo nuestro.

Tan fácil es, amor...

Debemos ambos ceder.

Y recordar todo

nuestro pasado, que

fue tan maravilloso...

Volvamos a revivirlo.

Nos sentiríamos mejor los dos.

Evitemos los recores, amor.

Estoy dispuesto a ceder...

¿No podrías hacer tú lo mismo?

Ah, esas tonterías de los

seres que nos amamos...

No nos comportemos como niños,

que ya hemos dejado de ser.

Tengamos sí juventud

en nuestros corazones.

Eso es obvio, que así es,

¿verdad? No seas ya más rencorosa...

Y tratemos de vivir

como hace solo unos días.

Con apasionamiento.

Brindémonos nuestros brazos,

uno hacia el otro.

Amor... amor...

Tu necesidad es también

la mía... amarnos...

qué estamos esperando...

¿que pasen más días

viviendo con rencores en el alma?

No puede ser...

acércate a mí...

déjame abrazarte...

Oh, no me animo...

te tengo un poquito

de miedito, oh, tu seria mirada

me causa indecisión... pero

lentamente

me acerco a ti,

tus ojos se están

dulcificando, tus brazos

se extienden hacia mí,

los míos a tu cuerpo...

¡Amor!, tu cuerpo y el mío

ya están unidos...

La sangre de mi corazón,

es toda tuya...

nuestros cuerpos unidos...

¿deseas hacer el amor, pleno?

Oh, también yo,

mi dulce dama... sí, sí...

desechemos los rencores,

y hagamos el amor...


Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 26/02/2013)