Sara (Bar literario)

Graffitis

Mi piel ya no conoce el blanco de tu pena.

La pena blanca de una pared que se ha desvestido

de su absoluta cara, de su mancillada barba.

Las mejores cosas no son nuestras

son siempre del devenir de la vida que se estremece

en la pesada voluptuosidad de una gota de lluvia.

 

La vaga luz en la sombra de una ausencia

la vaga vez en que vivíamos desnudos

en la geografía de un gesto que es el mismo;

el mismo espejo que no tiene

el lenguaje del recuerdo.

 

No es tristeza esta absoluta incertidumbre de saberse -vivido-

en la blanda flor acunada en los dientes mercenarios

cuando cerramos el destino y jugamos a desflorarnos.

 

En algún momento no seremos lo que nos quede

seremos lo que nos queda de esta dulce y necrótica

mancha con ganas de limpiarse y volverse ese espacio en blanco

al que descolgamos cuando el duro trasplante de motivos

nos elige de cualquier pared en la que hemos escrito;

el primer graffiti.

 

 

El tiempo nos mata mientras estamos viviendo