amacali29

¡No más tradición!

Rompamos ya esta nefasta tradición

de ser parte de ese orbe adueñado

de conquistas e intelectos,

conquistador de la lógica

y arcano  marcando territorios…

 

¿Para qué saberme  sujeto universal

de poderío?...,

señor absoluto del lenguaje

y la gramática,

con la libertad sexual

en las venas,

profeta de castrantes discursos

preestablecidos,

ordenador y formador

del pensamiento,

creador de lo propio y ajeno,

¡con la mano bautismal de la historia!...

 

Tradición de inventores,

genios  de la literatura

de primer orden,

exclusivos creadores

de la tecnología,

dueños,

magistralmente,

de femeninas propiedades,

abanderado

por totalitarias presencias,

de firmas fálicas

y cánones en cada esquina,

en este orbe

con olor a masculino:

 

En el ágora,

en  la academia,

 en la política,

en el Congreso,

enla Ciencia,

enla Iglesia,

en el hogar,

en el lecho…,

con leyes,

ideas,

máquinas,

costumbres,

voces,

líneas

y armas para triunfar…,

en donde no se ha dejado

de hablar,

oír,

y escribir,

para hacer sentir sus presencias

como jueces  de la exclusión

y creadores de mitos opresores...

 

¡No!,

no quiero ser parte

de esta creación

hasta que reconozcan

tu marca en la historia,

hasta que te visibilicen,

y sí se atrevan a nombrarte,

y sí te reconozcan,

sexuada,

erudita,

indómita,

humana,

mujer...

 

¡Cotidianamente imprescindible!...

 

 Del poemario de temática de género La otra mitad de mi diferencia, del escritor costarricense Carlos Díaz Chavarría.