elio alves

Zacapa

 

(Una dama de Guatemala)

 

Amiga, estamos solos;

tu olor me embriaga,

a penas, abro tu boca,

y me hablas, me consuelas,

estas con migo, y no te amo,

pero, te vierto en mi alma

como el agua de redención

en la hierba seca, y dueles.

 

Amiga, estamos solos;

mi boca absorbe tu aliento

que se queda abrigándome,

abrigando mi frio interior

en cada palpitar, y mi corazón

se agita en el torbellino

de pensar en ella.

 

Amiga, estamos solos;

yo pienso en ella y tú me llamas,

mi mano lleva tu boca a la mía

y ese beso ardiente y dulce

humedece mis ojos,

hambrientos de ella, tú me llamas

y ni como buscarla, porque;

amiga, estamos solos.

 

Amiga, estamos solos;

tu piel brillante, me enloquece

eres la dama gallarda, y cálida,

la extranjera casual que encontré

al buscar, por sentirme solo,

me acompañas, me ves, te vacías;

te tiendes al llanto,

y tus lagrimas, iguales de dulces

ya no hieren como antes

al hablar de amor.

 

Amiga, estamos solos

y no te amo, te bese hasta quedar

tu vacía, y tu ultima lagrima bebí

me diste tu fuerza, tu aliento,

y no durará hasta mañana,

no se cómo he de pagar,

si siento aun que la amo,

esta noche estuviste con migo

y yo siento aun que la amo,

ya no me llamas, te he usado,

cierro tu boca, y no te abrazo,

puedo ver a través de tu piel

y me veo si te acerco a mí,

me alejo de ti, y lo lamento,

me convenzo que la amo,

y otra ves pienso en ella,

por que; amiga, estoy solo.

 

Managua, Nicaragua.