carminha nieves

AL SABOR DE LA VIDA

                               

 

Vida inconstante,  hoy  deseamos, mañana ya no queremos. Otros deseos tenemos, batallamos para conseguirlos, cuando ya los tenemos, quedamos vacíos. Que  destino tan extraño tiene el ser humano, nunca estamos bien.

Como mariposas volamos por los campos, cada deseo es una florcita amarilla que  besamos. Dando vueltas y más vueltas la ansiedad de tener algo, no nos deja parar.

Siempre falta algo, es como querer mirar nuestro rostro sin espejo, imposible, como estar satisfecho, con  tanto que tenemos. Qué importa  que nos digan que somos guapos,  sin conocer quien lo dice, ya no importa, nada nos trae, es igual, sabemos que tenemos hambre, pero no sabemos de qué.

Inconstancia, nuestro sitio no es lo que queremos, por eso volamos por  los campos del pensamiento, buscando  razones de nuestro mal estar.

Buscamos razones válidas para nuestras frustraciones y no las encontramos, lo que nos da paz  es que no es siempre, son  momentos en otros momentos agradables.

Deseos son  ilusiones, pedazos  de  lo que no fuimos, de lo que hemos perdido, olvidado en algún sitio y que el tiempo ha llevado y sin pensar, queremos todo lo que habíamos haber sido, tenido y  no tuvimos el coraje de cogerlo a su tiempo.

Desconfiamos, de nosotros mismo,  sin certidumbres, no creemos en palabras, todo es mentira, nada es verdadero. Equivocados con nuestra manera de ser, buscamos en los demás la confianza para sujetar lo bueno que la vida nos regala.

Pensamos que el fin de algo, es para siempre, cuando es el principio de algo. Busquemos en nosotros las  fallas de sabiduría, para que con las manos abiertas coger lo que  el cielo nos regala. Por mucho que nos quejemos, tenemos mucho más que otros y muchas veces lo perdemos por no aceptar pequeños defectos, que también los tenemos.

Intentemos ver en el oscuro de la noche como sí día fuera. No caminemos en medio de la niebla densa, de querer lo que no existe.

Pidamos a Dios un poco, no todo, eso no existe para nadie. Seamos  humildes, aceptemos que somos exigentes en demasía, solo nos trae infelicidad y mal estar.

No pensemos que todo lo que nos hacen es por interés, no desconfiemos de los sentimientos, de alguien, pensemos que cada uno tiene su manera de amar. Seamos  justos, sin opiniones pre concebidas, dejemos que la vida transcurra con levedad, sin sobresaltos, dejemos nuestra alma vivir en paz.

Dejemos  que en brazos del sueño  nos sintamos deseados, amados e  importantes para alguien.

Cada es un día, distintos pero es nuestra vida, no la echemos  en un motón de tristezas, incertidumbres y temores.

Así tenemos que ir más allá del  no saber ni entender, como en realidad somos.

Oporto, 8 de Enero de 2013

Carminha Nieves

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------