ALVARO J. MARQUEZ

MÁS ALLÁ (y un cuento de Facebook)

MÁS ALLÁ DE NO SÉ DÓNDE,
MÁS ALLÁ DE NO SÉ CUÁNDO,
ESE TEMOR QUE SE ESCONDE
Y QUE EN MI SER SE CONJUGA,
SE DARÁ UN DÍA A LA FUGA
Y YO TE ESTARÉ AMANDO.


Cuando llegue la noche larga
Y la soledad otra vez me ronde,
Esa soledad tan amarga
No me impedirá recordarte
Y mi alma saldrá a buscarte
MÁS ALLÁ DE NO SÉ DÓNDE.

Cuando ya te esté escribiendo
-si de pronto me ves llorando-
no te preocupes, lloraré sonriendo
muy feliz por mi suerte,
porque sé que he de quererte
MÁS ALLÁ DE NO SÉ CUÁNDO.

Y voy a sentirme como un rey
A quien su reina corresponde.
Y amarte siempre será ley
Y haré alarde de mis dotes
De actor para que no notes
ESE TEMOR QUE SE ESCONDE.

Si de pronto la duda me asalta
Y la angustia me madruga,
Si siento que el aire me falta,
Me defenderé con fiereza
Con el amor que mi corazón expresa
Y QUE EN MI SER SE CONJUGA.

Porque es tan grande el amor que siento
Que el corazón se me arruga.
Tan dulce es mi sentimiento,
Es tanta su verdad y su belleza,
Que sé que hasta mi tristeza
SE DARÁ UN DÍA A LA FUGA.

Por eso, enamorado de ti,
Escribiendo y recordando
Cómo te adueñaste de mí
Y ahogándome del ansia,
Ya no habrá entre los dos distancia
Y YO TE ESTARÉ AMANDO.


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CUENTO DE FACEBOOK


Por el Facebook la conocí, bella

y hasta bendije las redes sociales,

desde entonces viví junto a ella

unos momentos bellos, especiales.

 

En todo lo que del Facebook veía

tenía ella siempre mucho que ver,

fotos bellas, frases, un video un día

y hermosuras en su muro por leer.

 

Me encantaba verla ahí conectada,

era el origen de mis emociones,

sólo me parecía verla equivocada

en el uso de algunas aplicaciones.

 

Un día me etiquetó con una foto

de un niño salvajemente golpeado

y no me dejó el corazón nada roto,

más bien me sentí algo indignado.

 

Otro día llegué a ver en mi muro

algo como un extraño punto de vista,

con un texto rudo, directo, duro,

tal como si yo fuera para ella racista.

 

En otra nota me retaba a compartir

a riesgo de no creer en mi fe en Dios,

le pregunté si acaso me podía decir

qué tenía que ver todo eso con los dos.

 

Pero no hubo respuestas, sólo etiquetas,

más cosas en mi muro que nunca pedí,

fotos de personas haciendo morisquetas,

estaba usando mal la red donde la vi.

 

Al entrar tenía muchas notificaciones,

y eran casi todas suyas obviamente,

invitándome a juegos, aplicaciones,

cosas que no me interesaban realmente.

 

Nuestra relación fue perdiendo terreno

hasta que un día pensé en bloquearla,

ya no me sentía satisfecho, de ella lleno

y sólo pensaba en la manera de frenarla.

 

Más invitaciones a juegos que no pedí,

más fotos de maltratos que no quería ver,

más mensajes a racistas y yo nunca lo fui

y retos para probar que en Dios podía creer.


Un día le dije, “oye, tienes que entenderme,

tu adicción al Facebook a ratos me asusta”,

se enojó y me dijo “no volverás a verme”

...y yo hice click en “me gusta”.