Sara (Bar literario)

Parafraseo de sentencias

Desde que el corazón se lanzó de un paracaídas,

y se lanzó al mar,

muchos somos peces con rasgos de oxígeno.

 

Y uno se sabe muerto

a medida que el amor es una ruleta

girando en el ajedrez del pecho.

 

Y uno se sabe vivo

arrastrando al peón triunfante

del talón resucitado por la melena de un caballo

 

Y uno se  escupe las entrañas

de las arterias que dinamitan su acero 

 

Y uno se encuentra en el centro

del adjetivo imposible del laberinto

 

Y uno se siente,

se siente...

y nos sentimos

en la fórmula infinita

de ser dos

porque uno de nosotros

nosotros

nos ha perdido...

 

Pero ésta, es la catequesis 

de una religión, sin testigos.