Armando Solarte

DULCE MIRAR

Como el valle se fecunda al sol,

Como el sueño cae a la noche,

Mi sueño, mi valle tiene tu nombre…

Y mis manos se deslizan por tus cabellos.

 

Porque el verso que nace es de amor,

Y la distancia no es ya derroche,

Versos del alma que nacen de este hombre…

Para entregarlos a tu ojos en silencio.

 

Ya que tu cuerpo despide aroma de calor,

Y tus caricias hacen que me desborde,

Y me entregue en el abismo peone,

De saberte ausente, aunque te tengo.

 

Los dueños de nuestro querer son los ciegos,

Ciegos arboles que se desojan aponte,

Y el mal efímero del dolor, muere en la cumbre…

Y deja libre al viento, nuestros fieles pensamientos.

 

Y si aun nuestro idilio sea fugaz, solo un momento,

Y las palabras no alcancen para desearte mujer,

Sabrás que mi piel, está marcada por tu sudor…

Y mis pies caminan firmes a tu encuentro.

 

Solo sé que en mi pecho estas latiendo,

Como una estaca que no se clava en el alma,

Como un suspiro que no duerme a la madrugada…

Simplemente te deslizas rauda entre mi cama.

 

Perdona por ser poeta turbio, por no cantar,

Por hacer de mis mañanas una con tus labios,

Y perderme como loco en la sombra de tus besos…

Y fecundar en mis manos, la dulzura de tus labios.

 

Y tormenta de risas y dichas, ha nacido por tu mirada,

Cosquillas que nacen en el fondo de mi virilidad,

Y se inundan por mí ser al escuchar tu voz…

Cobija mi amor , oh mujer con tu dulce mirar.