María

Nada

Tempestad que devasta.

Sismo que desmorona.

Tornado que arrasa.

Rotunda estampida.

Extinción.

Y aparece La Nada.

 

Una Nada que es vacío.

Extrañeza y silencio.

No hay huellas ni caminos.

Sólo quedan rastros.

Paupérrimas estampas.

Débiles signos, incomprensibles.

Girones. Hilachas. Despojos.

 

Estoy sumida en esa Nada.

A tientas encuentro mi cama.

Refugio incondicional.

Sólo escucho mi llanto.

Sigo sin ver.

Desesperación que trae recuerdos borrosos.

Un día existí. Fui alguien.

Alguien radiante…

 

Permanezco en mi escondite.

Sentencia de soledad repentina.

Dictamen cruel.

Estertores.

Vencida, me entrego.

Y sueño...


Sueños grises, sueños mudos.

Pesadillas recurrentes.

No logro despertar.

Fuera de esta congoja me espera algo peor.

Una Nada concreta.

Una Nada absoluta.

La Nada que sólo me llevaría a expirar.