En el mundo en que vivo
flamante su vela en campos de otoño
crispados por la soledad de su invierno.
Cerradas sus avenidas a estaciones de saco
y palpitando el cénit la brisa del tiempo;
un tiempo mordiendo la longitud de sus dientes
un tiempo ebrio de latitudes que ignoran
al poniente escribiendo un símil
del norte gimiendo en la cosmovisión de una rosa.
En este mundo que vivo
te quiero
te quiero en tu mirada tropezando la flecha
en la voz tuya; un canto que reza
en mis manos desterrando edades y monopolios
que dicen del amor un chorrito crispado
ante la sublime -sociopatía- de una piedra.
Me pierdo entre estos sonidos
que son mundos de mar
y por mar, mundos míos.
Me pierdo en el mundo, en su ritmo
en las cataratas escupiendo la tranquilidad de un viejo sismo
y escupiendo el grito durmiente en las cuerdas de un mimo.
Me pierdo, me pierdo
me pierdo en ti
en la madrugada soñando tu cráneo
y por cráneo tuyo, mi cerebro volando.
Me pierdo en el mundo
me pierdo en ti
me pierdo en mi alfabeto
me pierdo en la onda ignorancia de no saber
no saber al fin
de qué va todo esto.