La necesaria y vital brisa,
que hincha el velamen de la embarcación
de mi existencia, para poder recorrer
los infinitos caminos que me llevan a ti…
El brillo del sol que ilumina mis días,
como sinfonía de vida, latiendo
en cada despertar de mis sueños…
La flor sublime que engalana,
con sus aromas y su belleza,
el eterno horizonte de mi amor…
El verbo oportuno,
que reconforta mis soledades,
cuando el trajín diario
me aleja de tus encantos…
Los latidos de mi corazón,
para dibujar en el universo tu rostro,
pincelado con los colores de los dioses,
como obra de arte de la creación…
Los aromas de dulzura permanentes
que preñan la vida, como un canto
puro con los pinceles del amor…
La mirada hecha resplandor,
el faro único que guía mis huellas
para encontrarte aún sin verte…
Eres la ternura hecha madre,
que calma mis desconsuelos
en las angustias de mi transitar…
Eres ese beso hecho mujer,
que deja en mi alma,
el eterno sabor de la gloria…
El deseo inagotable de la natura,
que mis instintos llevan tatuados
en la piel y en los sentidos…
El alba y el ocaso,
El norte y el sur,
El infinito camino de todas mis huellas,
Eres el canto eterno de mi sublime amor,
Eres mi vida entera,
Eres tú … y siempre serás…
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