Atrévete a decirme que no deseas mi cuerpo,
que no piensas en mí cada minuto,
que cuando me acerco un poco a ti no te emocionas.
Atrévete a decirme que no sueñas
con ser dueño de mi piel,
que cuando pronuncio tu nombre
tu corazón no late más deprisa,
que no deseas con todas tus fuerzas
vivir en el reino de mis caricias,
que no adoras la geografía de mis sentidos.
Atrévete a jurar que no anhelas
conocer mis secretos,
que contemplar mi alma
no sería la mayor de tus dichas,
que no quieres ser romántico conmigo,
que mi bien no sería
lo único importante para tí.
Atrévete a decirme que no darías tu vida
por evitarme la pena más pequeña,
que no aparezco en todos tus sueños,
que no mueres de amor un poco
cada vez que me miras.
Atrévete si puedes.
Ahora callo.
Desde este momento
mi cuerpo y mi alma
se funden contigo.
Veremos si puedes resistir
lo que añoran tus versos de amor.