Hugo Emilio Ocanto

Vivir el momento, y después el adiós

Nada ya me importa.

Nada. Tengo que aceptar

la realidad.

La realidad de mis

sueños de amor...

no retribuídos.

No lo han sido porque

lo que posible creí,

no pudo ser.

¡Qué crédulo he sido!

Confiar... sin darme

cuenta que a través del tiempo,

todo fue una ilusión.

Un desvarío. Un optimismo.

Una creencia que alimentaba

mi alma día a día...

Pero no pudo ser.

Viví pendiente del amor

que me habías jurado,

y ahora me doy

cuenta que todo lo

tuyo fue una mentira,

sólo para conformar

mi ilusión...

Una ilusión que durante

mucho tiempo alimentó

mi alma de esperanzas...

¿cómo uno a veces ante

la felicidad vivida

no se da cuenta de que

sólo es una ilusión

mentida?

Un amor fingido.

Sólo sensual, y después,

el adiós.

El olvido.

Creer e ignorar el final.

El lógico final

de una descontrolada

pasión.

Pasión vivida sólo

por unos instantes...

Instantes de furiosos deseos

carnales, que después

del goce, mueren, desaparecen,

se esfuman de los sentimientos

y de la vida.

Iluso de mí...

Creí en tu amor...

debí estar ciego...

Me lo habías advertido.

Pero traté de ignorarlo.

Traté... porque te amaba.

Pero tu plazo

de amor fue momentáneo.

Sólo el tiempo que

nos tomásemos en 

hacer el amor.

Seguro estaba de que

lo nuestro iba a continuar...

Pero así no ha sido.

Ahora te recuerdo...

y tan sólo eso es...

un recuerdo...

Un recuerdo de casuales

encuentros... en lo que creí

perdurarían para siempre...

Hoy, no te tengo. No estás

conmigo. Ni en mi cama.

Y tampoco en mi corazón.

De golpe me he convertido

en un ser adulto.

A pesar de mis años...

Tantos años...

Te poseía como si

fuese un niño...

lleno de amor y pasión...

Viví el momento...

pleno... total...

Y no me daba cuenta que en

el final del acto,

todo terminaría,

y debíamos decirnos adiós...

el adiós de los furtivos amantes,

que conscientes pecamos,

por deseos... por frenéticos deseos...

Vivir el momento, y después

el adiós...

Así debo aceptarlo.

Así debe ser.

Niño he dejado de ser.

Adulto ya soy.

Todos los derechos reservados del autor ( Hugo Emilio Ocanto - 05/02/2013)