letras_muertas

¡Ay de ti hombre injusto!

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Tú, hombre que goza matando

Que cortas las flores de un jardín

Y el terror por el mundo vas sembrando,

Dime cómo es que te crees sanador de heridas

Si a cambio de ello terminas con otras vidas,

Cómo dices que eres ajustador de cuentas ya perdidas

Si en lugar de consolar al llanto reanimas.

 

Acaso, tu Dios es un Dios de venganza

¿El llanto de los justos son sus alabanzas?

¿O vives cegado por una vil enseñanza

De hombres innobles?

Porque mi Dios, es un Dios de misericordia

Es un Dios de paz, de  humildad y de amor,

Es un Dios que odia la discordia y el terror

Infinita es su paciencia y a si de grande

Es su furia para los que juegan con su honor

¡ay de ti hombre injusto!

Cuando te aseche el dolor.

 

En tu dolor querrás no haber nacido

¡Ay de mi hombre injusto! dirás

Pues hasta la tierra los pies me han mordido,

Ni con siete de mis vida si las tuviera

Pagaría los tantos llantos que dejé en olvido

Y que hoy, hoy me alcanzan y hasta las

Piedras de mi camino gritan una y otras vez

¡venganza! ¡Venganza!

 

Mirarás a lo alto y justamente pedirás consuelo

Pero hasta el viento estará en tu contra

Y evitará que tus palabras lleguen al cielo,

Atravesará tu cuerpo como espadas

Una y otra vez espadas de frío acero,

Secará el llanto de tus ojos y quedará

Tu mirada tan seca como ningún desierto

¡ay de ti hombre injusto!

pues muchos por tus manos han muerto.

 

(F. Cervantes)