Mi chica de grandes sonrisas y melodías completas,
De labios carmesí y besos traslucidos en cadenas de placer,
De crepúsculo y fuego interno.
Y yo, yo divise vino deslizarse por su garganta y su piel,
Su piel en la que el tiempo perdí, yo la vi.
Yo el peregrino de su cuerpo, el alquimista de su mente,
El que llego ah ser todo sin antes haber sido nada.
Mi chica de quien vi lagrimas y oí carcajadas,
De cada sonrisa suya una esperanza robe.
Mi chica, de formas perfectas en calles vacías,
De manos inquietas en imágenes vividas.
Y yo, quien vacíos en su corazón lleno,
Yo el poeta de sus sueños, el del amor inútil,
El que mira y de blanco se pinto,
El que hasta el último de sus sentimientos matizo.
Tus ojos en otro rostro vi, tu vos de otra boca oí,
En cada mujer te veo, en cada aroma te siento.
Ni tu aliento logro que olvide lo escuro de tus ojos,
Tus ojos dibujados por pinceladas perfectas en líneas de mujer y amante.
Tu mi chica que casi no conocí,
Que en su miraba vi,
Vi carcajada tras carcajada y lágrima tras lágrima,
Y yo, el de letras sin sentido,
El que las luces apago, el que el secreto guardo.