Nicolas Ferreira Lamaita

CARTA DE UN PADRE AUSENTE A OTROS PADRES AUSENTES

CARTA DE UN PADRE AUSENTE,

A OTROS PADRES AUSENTES.

 

Quiero contarles una pequeña historia, 

Simplemente, una historia.

La historia de un padre ausente,

ausente como tantos, que existen, MI HISTORIA.

que tal vez, se parezca a la vuestra.

Muchos estarán sumergidos en el arrepentimiento,

(así lo estuve yo)

manteniendo una lucha interior,

no sabiendo como enmendar el error,

no sabiendo como recuperar,

el cariño y amor de sus hijos,

"mi hijo en este caso"

del cual un día me aleje.

Quiero contarles a modo de ayuda a quienes

desean recomponer la relación perdida, como lo logre.

Despojándome de falsos orgullos y miedo al rechazo.

Saber y aprender a pedir perdón.

Que el hacerlo, no menoscaba la integridad,

sino que la enaltece y ayuda.

 

Durante diez y seis años estuve alejado.

cuando me fui, el era un niño, jamás estuve a su lado

desde entonces, tal vez en momentos que más

necesidad tuvo de mi presencia.

Sintetizando: no lo eduque ni prepare para la vida,

todo lo hizo su madre y yo me lave las manos.

No fui su Papá, solo fui su padre.

 

Si bien, mientras estuve a su lado lo ame como hoy lo amo

y cumplí mis deberes de padre; al formar otra familia,

cometí el error de caer en el silencio y dejar correr los años.

Cuando reaccione no sabia como recomponer la relación,

sentía miedo, angustia y por que no decirlo, cobardía.

Soy un hombre ya, grande y por que no, también decirlo, un anciano

a quién le agrada escribir y es el refugio en el cual vuelco mis sentires.

Un día quise tener una conversación virtual con mi hijo y lo puse en las

letras de un poema, CARTA A UN HIJO DE UN PADRE AUSENTE.

Le mostré a mi esposa el poema, quien con toda la nobleza de su alma.

me dijo "ENVIÁSELO". Pasaron algunos días, me sentaba frente

a la pantalla del computador y dudaba, sentía pánico, miedo al rechazo.

Tenia miedo de recibir lo que merecía. Ya lo había localizado en face book.

Junte coraje, me despojé de mi cobarde actitud y solicite su amistad,

diciéndole:” As lo que tu corazón te ordene, Sabre comprender.”

Lo que recibí en respuesta fue "Que alegría papá me as dado hoy".

Tienes una nieta y una nuera que quieren conocerte.

Muchas gracias por el poema, me gusto mucho.

 

A pesar que vivimos separados por unos cuantos kilómetros,

fueron ellos que vinieron a verme, varias veces y estamos en

contacto permanente.

Lo deje solo y me trajo de regalo, su hermosa familia.

Por eso les digo de todo corazón,

"LA SANGRE NO SABE DE RENCORES".

 

Nada me avala para dar consejos, más si alguien es compatible

con esta historia, despójense de miedos, falsos orgullos y cobardías

que el saber pedir perdón tiene su recompensa.

 

Ahora quiero pasar a otra parte de esta historia.

Hace más o menos un año comencé a escribir en "Poemas del alma".

Si bien no son muchos quienes me leen, tal vez por que bien, no lo hago,

algunos si lo hacen, cosa que es muy gratificante.

Comencé a notar que las lecturas a mi poema, crecían día a día.

De las que recibo en el día en el cual  escribo, su rango normal

pueden oscilar de20 a50.

Las lecturas diariamente se sumaban, llegando a sobre pasar las 700,

hoy, al escribir estas líneas están en 963.

En el momento que aquellas lecturas sobrepasaban las 700,

le escribí al Administrador de la página Sr. Julián Yanover,

contándole mi historia y preguntándole si la cantidad de lecturas

se debían a algún error en la adjudicación de estas.

Recibí la siguiente contestación:

 

Hola, muchas gracias por compartir su historia. La razón de las lecturas,

es que todos los poemas son públicos y aparecen en Google.

Entonces, hay gente que busca allí con palabras iguales o similares

al título que usted eligió y terminan en el sitio, leyendo su poema.

                                   Saludos.

 

Esta es la razón que me impulsa a escribir esta carta.

Si es que tantas lecturas han tenido las humildes letras del poema

debe ser que existen personas con historias parecidas o iguales

a la mía y si esta carta es volcada en el Google y alguien se sintiese

identificado y quisiera compartir conmigo es que les dejo mi mail.

[email protected]

 

Desde Montevideo Uruguay, mi más cordial y respetuoso saludo.

 

Aquí les dejo el poema, que hizo el reencuentro con mi hijo fuera posible

y si alguien quisiera usarlo con el mismo propósito, será un placer.

Me agradaría saber el resultado y compartir la felicidad lograda.

No es ninguna pieza literaria que pudiera tener algún sobresaliente

contenido poético, se y soy conciente de mis limitaciones de escritor

aficionado, solo es un sentimiento.

CARTA A UN HIJO, DE UN PADRE AUSENTE

 

Antes de partir, quisiera encontrarnos,

sin pasar facturas de tiempos pasados

romperlas, quemarlas, darlas al olvido,

y si es que las hubo, darlo por saldado.

 

Charlar solamente, como dos personas,

como dos amigos, pero sin reproches,

sin dejar atrás los remordimientos,

del tiempo perdido, que nos lo quitamos

 

Pensar solamente, que la vida pasa,

que la vida es buena pero al fin se acaba.

por eso no quiero emprender la marcha,

llevando un "te quiero" ahogado en el alma.

 

Quisiera sentarme, conversar contigo,

tomar un café, como dos paisanos,

llevaré a esa mesa perdones pendientes

los cuales no quiero llevar en mi viaje,

 

Charlar de la vida, de lo recorrido

saber lo que somos, pensar lo que fuimos,

tal vez encontremos a quién fue culpable,

¡un chivo expiatorio, llamado destino!!

 

No quiero te obligues por ningún motivo,

llamarme PAPÁ pues, eso no e sido,

PAPÁ, es el que cría y educa a su hijo,

solo dime PADRE me daré cumplido.

 

Prometo no hablarte ni darte motivos

que atenúen mi culpa que atenúen mi olvido,

pero si te digo, dalo por sentado

que este así no a sido, jamás, a existido.

 

Siempre en el recuerdo conmigo e llevado

tu imagen de hijo, de amor concebido,

lo que si lamento haberme perdido,

transformarte en hombre que vida a engendrado.

  

De mi, te diré, que aun estoy sano,

con los avatares que otorgan los años

pero no por eso, me siento acabado,

no puedo negarte que soy un anciano.

 

Aun tengo la fuerza que da el intelecto

saber de la vida lo bueno y lo malo,

entender que solo soy un ser humano

que intentó ser justo, que se a equivocado.

 

Mientras permanezca, no quiero me juzguen,

tampoco yo a nadie le enmiendo la plana,

solo hay un supremo a quien remitirme,

solo de el acepto el juzgar mis faltas.

 

Quisiera esta carta llegase a tus manos,

la pondré en el viento, veré si el destino,

a quién le endilgamos nuestras frustraciones,

en la cobardía, de no dar la cara.

 

Todos pretendemos ser inmaculados,

tener la carátula de honesto y honrado,

por nosotros Cristo, tuvo su calvario,

dejando una mancha, en nuestro prontuario.

 

                                    Tu Padre.