Salvador Durán

primeros poemas para improbable: tiemblas

Tiemblas... cuando roso tu piel contra la mía,

cuando me observas llegar de lejos,

cuando mis labios tocan tus rosadas mejillas.

 

Tus labios rosados son perfectos,

tus ojos al color de la noche,

que aceptan cualquier reproche,

con tal de enternecer el pensamiento.

 

Tu cuello con olor a rosas,

a bellas flores campestres,

por eso me encanta abrazarte,

por eso me encanta verte.

 

Tan bella como una romanza,

como la noche perfecta en aguanieve,

la noche es tu servidor,

y las lagrimas frías por no verte.